Nutrición, Patologías

Investigación mundial de micotoxinas en alimentos acuícolas: ¿Qué revelan los datos?

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By Milthon Lujan

Riesgos y efectos asociados a la presencia de micotoxinas en alimentos acuícolas. Fuente: Meenakshisundaram et al. (2025); Frontiers in Sustainable Food Systems, 9, 1609-1689.
Riesgos y efectos asociados a la presencia de micotoxinas en alimentos acuícolas. Fuente: Meenakshisundaram et al. (2025); Frontiers in Sustainable Food Systems, 9, 1609-1689.

La contaminación por micotoxinas en los alimentos para peces y camarones es un desafío que debe enfrentar la industria de la acuicultura. Un reciente estudio exhaustivo, «Mapping global research on mycotoxins in aquafeed from scientometric and critical perspectives», ha arrojado luz sobre la extensión de este problema, las tendencias de investigación y las lagunas de conocimiento que aún deben abordarse.

El estudio publicado por investigadores del International Centre of Insect Physiology and Ecology (icipe), de la Tamil Nadu Dr. J. Jayalalithaa Fisheries University, del Kenya Marine and Fisheries Research Institute (KMFRI) y de WorldFish desgrana los hallazgos clave de la contaminación por micotoxinas en los alimentos acuícolas, ofreciendo una perspectiva accesible para todos los actores del sector acuícola.

¿Qué son las micotoxinas y por qué son una amenaza en la acuicultura?

Las micotoxinas son compuestos tóxicos producidos de forma natural por ciertos tipos de hongos (mohos). Cuando los animales o los humanos ingieren estos compuestos, pueden sufrir una condición llamada micotoxicosis, que puede causar enfermedades e incluso la muerte. Los hongos productores de toxinas pueden contaminar los cultivos en el campo (hongos de campo como Alternaria y Fusarium spp.) o durante el almacenamiento post-cosecha (hongos de almacenamiento como Aspergillus spp. y Penicillium spp.). Factores como la alta temperatura, la humedad elevada y prácticas deficientes de transporte y almacenamiento favorecen la producción de estas toxinas.

Es importante destacar que la mera presencia de estos hongos en los ingredientes del alimento no implica necesariamente la contaminación por micotoxinas. Sin embargo, materias primas comúnmente usadas en la fabricación de alimentos para animales, como el maíz, el maní y el algodón, son susceptibles a la invasión fúngica. Los científicos han identificado entre 300 y 400 tipos de micotoxinas, siendo las aflatoxinas (especialmente AFB1, B2, G1, G2) y las fumonisinas (FB1, FB2, FB3) las más significativas por su impacto. Estas sustancias son generalmente estables química y térmicamente, lo que significa que pueden sobrevivir a los procesos de almacenamiento y producción de piensos.

La contaminación de los alimentos acuícolas no solo disminuye su valor nutricional, sino que también representa un desafío global para los acuicultores. La FAO estima que hasta el 25% de los cultivos alimentarios mundiales y una proporción significativa de los piensos para animales están contaminados por micotoxinas. El cambio climático, con el aumento de las temperaturas globales y los cambios en los patrones de precipitación, podría exacerbar este problema al crear condiciones más favorables para el crecimiento de hongos toxigénicos y la producción de micotoxinas.

Un mapa global de la investigación sobre micotoxinas en los alimentos acuícolas

El estudio publicado en la revista Frontiers in Sustainable Food Systems empleó un enfoque cientométrico, utilizando herramientas como VOSviewer y biblioshiny, para mapear las tendencias de investigación, colaboraciones y temáticas en publicaciones sobre micotoxinas en aquafeed entre 1992 y 2023, obtenidas de la base de datos Web of Science.

Los científicos identificaron 181 publicaciones, con la participación de 938 investigadores de 49 países. Brasil fue el país líder en número de publicaciones (25), mientras que la revista Toxins fue la que más artículos publicó sobre el tema (23). Las aflatoxinas, en particular la aflatoxina B1 (AFB1), fueron las micotoxinas más reportadas, seguidas de las fumonisinas, el deoxinivalenol (DON) y la zearalenona.

La investigación también destaca que la actividad científica en este campo ha aumentado lentamente, con un pico de publicaciones en 2020 (25 artículos). La mayoría de los trabajos fueron artículos de investigación original (152), seguidos por artículos de revisión (18).

¿Dónde y cuáles micotoxinas son más frecuentes?

La ocurrencia de micotoxinas es notablemente más alta en regiones tropicales. En particular:

  • Países de África Oriental: Se ha reportado una amplia gama, incluyendo aflatoxinas, fumonisinas, deoxinivalenol, acetildeoxinivalenol, ocratoxina A, roquefortina C, alternariol, toxina T-2, zearalenona y zivalenol. Estudios específicos en Kenia, Tanzania, Ruanda y Uganda encontraron que el DON, las aflatoxinas y las fumonisinas eran las más prevalentes. Niveles preocupantes de AFB1 se han detectado en Kenia y Uganda.
  • Países del Sudeste Asiático: Predominan aflatoxinas, fumonisinas, deoxinivalenol, zearalenona y ocratoxina A.
  • Países Europeos: También se han encontrado aflatoxinas, fumonisinas, deoxinivalenol, zearalenona y ocratoxina A.

Las condiciones climáticas en estas zonas tropicales y subtropicales exacerban el crecimiento fúngico y la producción de micotoxinas. De acuerdo con los resultados del estudio el aumento del uso de ingredientes vegetales en los alimentos acuícolas (como harina de soja, harina de semilla de algodón, gluten de maíz, etc.) como sustitutos de la harina de pescado, si bien más económicos, ha incrementado el riesgo de exposición de los peces a estas toxinas.

Un dato relevante es que los alimentos para peces elaborados en las propias granjas o localmente tienden a presentar concentraciones más altas de micotoxinas en comparación con los alimentos comerciales, especialmente en países en desarrollo. Esto podría explicar por qué la contaminación es más frecuente en estas regiones.

El impacto de las micotoxinas: un doble perjuicio para peces y humanos

Efectos en los peces

Las micotoxinas pueden inducir una variedad de desórdenes en los peces, desde alteraciones celulares y orgánicas hasta efectos morfológicos y, en casos severos, la mortalidad, resultando en pérdidas económicas significativas. Algunos efectos específicos incluyen:

  • Aflatoxinas: Pueden causar cáncer de hígado en truchas arcoíris y disminuir la inmunidad en varias especies de peces.
  • Fumonisinas: Provocan reducción del hematocrito y alteraciones hepáticas en bagre de canal y tilapia del Nilo.
  • Ocratoxina A: Causa hemorragias, erosión de aletas, congestión de riñón y branquias, y lesiones en hígado y riñón en diversas especies.
  • Tricotecenos (como el DON): Pueden generar hemorragias gastrointestinales y hepáticas, anemia, disminución del metabolismo y lesiones hepáticas en trucha arcoíris.
  • Zearalenona: Se ha asociado con alteraciones en el crecimiento, feminización y disminución del rendimiento reproductivo en pez cebra, y modulación del sistema inmune en trucha arcoíris.

En general, las micotoxinas dañan órganos, deterioran el sistema inmunológico, reducen la ganancia de peso y causan alteraciones metabólicas que pueden llevar al cáncer y a una mayor mortalidad en los peces.

Efectos en humanos

La principal vía de exposición humana a las micotoxinas es la ingestión de alimentos contaminados, siendo la carga de exposición dietética particularmente alta en países en desarrollo. Los humanos pueden exponerse indirectamente al consumir pescado que ha acumulado residuos de aflatoxinas.

  • Aflatoxina B1 (AFB1): Es reconocida como un carcinógeno del grupo 1 por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), afectando principalmente el hígado.
  • Fumonisinas: La Fumonisin B1 es un carcinógeno del grupo 2B y se ha asociado con una mayor incidencia de cáncer de esófago y hepático, además de posibles riesgos de defectos del tubo neural en descendencia si la exposición ocurre durante el embarazo.
  • Ocratoxina A (OTA): Considerada un carcinógeno del grupo 2B, puede estar involucrada en el desarrollo de cáncer hepático, tumores del tracto urinario y cáncer testicular.
  • Deoxinivalenol (DON): Aunque sus efectos son generalmente gastrointestinales, puede ser una preocupación para la salud en niños y, en alta exposición, también en adolescentes y adultos.
  • Zearalenona: Clasificada como un xenoestrógeno, puede alterar el equilibrio hormonal y se ha vinculado a desórdenes del sistema reproductivo y ciertos tipos de cáncer.

Regulaciones y métodos de detección: un panorama complejo

La gravedad de la contaminación por micotoxinas ha llevado a organismos internacionales como la FAO, el PNUMA y la OMS a involucrarse en el control de micotoxinas a nivel global. Más de 100 países tienen regulaciones específicas para micotoxinas, aunque existe una falta de armonización, incluso entre socios comerciales. La Comisión del CODEX Alimentarius juega un papel crucial en el desarrollo de estándares y códigos de práctica para proteger la salud del consumidor y promover prácticas comerciales éticas.

Las regulaciones de la Unión Europea suelen ser un referente. Por ejemplo, los límites máximos permisibles para la aflatoxina total son de 20 µg/kg según la FDA de EE. UU. y 5 µg/kg según la OMS, mientras que para la fumonisina B1+B2, la CE establece 10 mg/kg (para alimentos complementarios y completos para peces). Para la ocratoxina A, el límite de la CE es de 0.05 mg/kg (para alimentos complementarios y completos para peces), y para el deoxinivalenol y la zearalenona, los límites son más altos, dependiendo del tipo de animal y alimento (Ej. DON 5 mg/kg para alimentos complementarios y completos para peces, Zearalenona 2 mg/kg para alimentos complementarios y completos para lechones y cerdas jóvenes). Es fundamental consultar las regulaciones específicas para cada caso.

Debido a la diversidad estructural de las micotoxinas, no existe una técnica estándar única para detectarlas todas. Se utilizan métodos cromatográficos (como TLC y HPLC), inmunológicos (como ELISA) y técnicas avanzadas como la cromatografía líquida de ultra alto rendimiento acoplada a espectrometría de masas (LC-MS/MS), que permite la identificación simultánea de múltiples micotoxinas.

Lagunas en la investigación y el camino a seguir: retos y oportunidades

A pesar de los avances, el estudio identifica varias lagunas importantes en la investigación:

  • Falta de especificidad regional: Se necesita un examen más detallado de las vulnerabilidades únicas de regiones específicas, especialmente en países en desarrollo.
  • Investigación específica por especie: Hay un conocimiento limitado sobre la tolerancia y sensibilidad de diferentes especies acuícolas a diversas micotoxinas.
  • Regulaciones inconsistentes: Es necesario un análisis más profundo del impacto de las variaciones regulatorias en el comercio de aquafeed y las industrias acuícolas locales.
  • Impacto del cambio climático: El papel del cambio climático en la exacerbación de la contaminación por micotoxinas no se ha abordado suficientemente.
  • Estrategias de mitigación prácticas: Se discuten poco las estrategias de mitigación, como métodos de detoxificación o el uso de ingredientes alternativos. Al respecto, otros estudios han reportado el uso del control biológico, y el uso de arcilla de bentonita.

Para el futuro, la investigación debería centrarse en:

  • Establecer la tolerancia específica de las especies a las micotoxinas.
  • Realizar estudios regionales más profundos, especialmente en países en desarrollo.
  • Armonizar las regulaciones globales sobre los niveles permisibles de micotoxinas, aprovechando marcos como el Codex Alimentarius.
  • Explorar la influencia del cambio climático en la prevalencia y dinámica de la contaminación.
  • Desarrollar y evaluar estrategias de mitigación prácticas y rentables, como el uso de secuestrantes de micotoxinas (bentonita, carbón activado) o la detoxificación biológica.
  • Fomentar redes de investigación interdisciplinarias.

Conclusión

La investigación global sobre micotoxinas en aquafeed ha crecido, revelando que la contaminación es un problema común y mundial, con una mayor prevalencia en regiones cálidas y países en desarrollo que a menudo carecen de regulaciones estrictas y vigilancia efectiva. Los efectos perjudiciales de estas toxinas tanto para la salud de los peces como para la de los humanos subrayan la necesidad urgente de continuar la investigación, mejorar las regulaciones y desarrollar estrategias de mitigación efectivas. Abordar estos desafíos es crucial para salvaguardar la productividad de la acuicultura, la salud del consumidor y la sostenibilidad a largo plazo del sector.

Referencia (acceso abierto)
Meenakshisundaram, M., Shanmugam, S., Mboya, J. B., Sugantham, F., Obiero, K., Munguti, J., Ekesi, S., Subramanian, S., Chia, S. Y., Beesigamukama, D., Yossa, R., & Tanga, C. M. (2025). Mapping global research on mycotoxins in aquafeed from scientometric and critical perspectives. Frontiers in Sustainable Food Systems, 9, 1609489. https://doi.org/10.3389/fsufs.2025.1609489