Guayaquil, Ecuador.- Con el objetivo de evaluar propuestas, recomendaciones y acciones para establecer la resolución de mejores medidas de conservación del atún en el Océano Pacífico Oriental (OPO) en 2017 se realizó en la Jolla, California (EE.UU.) la 91º reunión extraordinaria de la Comisión Interamericana de Atún Tropical (CIAT).
Al encuentro asistieron delegaciones de 20 países que conforman la comisión: Bélice, El Salvador, Nicaragua, Canadá, Estados Unidos, Panamá, China, Francia, Perú, Colombia, Guatemala, Taipéi Chino, Corea, Japón, Unión Europea, Costa Rica, Kiribati, Vanuatu, Ecuador, México y Venezuela.
La representación ecuatoriana la presidió Pilar Proaño, viceministra de Acuacultura y Pesca, acompañada de Víctor Alcívar, subsecretario de Recursos Pesqueros, y representantes de la Cámara Nacional de Pesquería y de la industria Atunera.
Ante la propuesta de Estados Unidos, de trazar límites de captura del atún patudo y aleta amarilla por barcos individuales con una tasa de captura igual o menor a una tonelada por metro cúbico por barco, Pilar Proaño recalcó que la delegación de Ecuador no está de acuerdo con la postura del país del norte, dado que se avizora, en el tiempo, un aumento del esfuerzo de pesca a largo plazo ya que esta proposición hace referencia a la capacidad total de los barcos en la CIAT.
Esto también motivaría a armadores y capitanes a responsabilizarse en el uso y manejo de su cuota asignada. Esta es una medida integral de responsabilidad y control en el cruce de información entre la Autoridad Nacional y la CIAT.
“Ecuador planteó una propuesta responsable sobre la visión de la conservación y un mejor manejo de la medida alternativa y complementaria a las medidas planteadas por la CIAT”, dijo Proaño, quien además indicó que esta alternativa supone un control más eficiente dado que el Estado fundamenta sus acciones en la conservación de los recursos dentro la pesquería sobre objetos flotantes.
La propuesta de un límite global establecida dentro las medidas de ordenamiento y que fue adoptada en febrero de 2017, genera al Ecuador preocupación en la gestión de la misma, toda vez que esta supondría una afectación en el manejo y control, lo que acarrearía una posible “carrera por pescar” afectando a la provisión de materia prima a la industria.
Por esto la Viceministra enfatizó que el comité científico y los países partes tienen la responsabilidad de evaluar la mejor medida de conservación para la sostenibilidad del recurso porque de este depende el futuro de la pesquería del atún y las dependencias que provienen de la misma.
Y aunque la propuesta del Ecuador no fue acogida, pero por su compromiso de preservar las especies de túnidos, el país volverá a plantear en las próximas reuniones -a realizarse en mayo de este año- otras alternativas con la finalidad de concretar las mejores medidas de conservación para el 2018 y 2019.
El “Atún del Ecuador” es una de las industrias de mayor crecimiento del país que genera empleos de calidad con responsabilidad social y ambiental. Aporta a la sostenibilidad en toda su cadena de producción, certifica la trazabilidad desde su origen hasta el consumidor final en los rincones más lejanos del mundo, garantizando productos de altísima calidad.