Noruega.- La alimentación para bebes no es un tema antiguo, incluso para las larvas de bacalao. Los científicos han descubierto una forma de hacer un alimento para larvas de bacalao más nutritivo, en base al enriquecimiento de los rotíferos.
Crecer grande y fuerte se basa en obtener todos los nutrientes correctos. En la naturaleza, las larvas de bacalao consumen pequeños copépodos, que están “llenos” de zinc, selenio, manganeso y cobre, los cuales son minerales importantes para las larvas. Sin embargo, no es fácil obtener copépodos para la acuicultura, debido a esto las larvas de bacalao consumen rotíferos, un grupo diferente de organismos acuáticos microscópicos que son fáciles de cultivar en grandes cantidades.
“La falta de estos nutrientes importante pueden conducir a un pobre crecimiento, deformidades y otros problemas del bienestar” dijo la científico de NIFES, Kristin Hamre. Juntos con sus colegas de NIFES, el Institute of Marine Research, Nofima y la University of Bergen, Hamre ha desarrollado un método para enriquecer a los rotíferos con nutrientes lo que les da un alto contenido de minerales.
Cuando ellos agregaron varias concentraciones de zinc, selenio, manganeso y cobre al alimento de las larvas de bacalao, el equipo de investigación encontró que su contenido de nutrientes se incrementó en línea con la cantidad de aditivos brindados.
“Esto nos da un método para controlar y adaptar el contenido de nutrientes de los rotíferos, para llevarlos hasta el nivel de los copépodos” dijo Hamre.
Aunque esto suena simple, la alimentación de larvas de bacalao es una tarea compleja. El mayor desafío es conseguir que crezcan apropiadamente hasta el primer período después de la eclosión. Las larvas de bacalao son muy pequeñas; sólo 4 mm de longitud cuando ellos emergen del huevo. Ellas tienen bocas pequeñas, y un estómago y sistema digestivo muy sensible.
Con la finalidad de encontrar las concentraciones de metales pesados que ellos pueden tolerar, los científicos realizaron un experimento en el cual la larva de bacalao fue alimentada con rotíferos con diferentes concentraciones de yodo o selenio. Los resultados mostraron que el grupo que recibió sólo pequeñas cantidades adicionales de minerales se comportaron mejor. Ambos grupos que fueron alimentados sin suplementos minerales, así como aquellas a los que se les dio cantidades similares a las presentes en los copépodos, tenían menos probabilidades de crecer adecuadamente. Parece que los minerales están presentes en una forma menos tóxica en los copépodos.
“Ahora necesitamos más investigación sobre los requerimientos nutritivos totales de las larvas de bacalao. Pero nosotros ya hemos dado un importante paso en nuestros esfuerzos para encontrar el alimento óptimo para el cultivo de las larvas de bacalao” dijo Hamre.
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