La cría de bivalvos se ha promocionado como una posible solución al cambio climático debido a su capacidad percibida para capturar dióxido de carbono (CO2). Sin embargo, investigaciones científicas recientes han desmentido esta noción.
Tradicionalmente, la acuicultura de bivalvos se consideraba una fuente de CO2, principalmente debido a la respiración de los organismos y la formación de conchas (calcificación). Sin embargo, un creciente interés en los mercados de carbono ha provocado debates sobre su posible papel como sumideros de carbono.
Una revisión científica exhaustiva de la evidencia científica, publicada por investigadores de la Université de Brest, de la Sorbonne Université, de la University of Gothenburg y de la International Atomic Energy Agency, revela una historia diferente. Contrariamente a la creencia popular, la cría de bivalvos no contribuye a la captura de CO2. Esta idea errónea se deriva de modelos defectuosos de presupuesto de carbono que simplifican en exceso la compleja química del agua de mar.
El ciclo del carbono y las conchas de los bivalvos
El carbono que se encuentra en las conchas de los bivalvos proviene principalmente de los iones de bicarbonato presentes en el agua de mar. Si bien estos iones se originan en última instancia a partir del CO2 atmosférico a través de un proceso geológico, su conversión en material de concha no conduce a una rápida compensación del CO2 atmosférico. Por el contrario, el proceso de formación de las conchas libera CO2 en el agua del mar, lo que dificulta la capacidad del océano para absorber CO2 de la atmósfera.
Además, los modelos de balance de carbono basados en ecosistemas a menudo se basan en suposiciones y estimaciones inciertas. Para evaluar con precisión el impacto del carbono de la cría de bivalvos, son esenciales mediciones de campo rigurosas. Hasta que haya evidencia concreta que respalde la afirmación de la absorción de CO2, incluir la cría de bivalvos en los mercados de carbono sería prematuro y potencialmente engañoso.
La necesidad de una investigación científica rigurosa
Algunos defensores de la cría de bivalvos como solución al problema del carbono argumentan que examinar todo el ecosistema de cría de bivalvos podría alterar la perspectiva. Sin embargo, actualmente faltan pruebas concretas que respalden esta afirmación. La mayoría de los modelos de balance de carbono basados en ecosistemas se basan en suposiciones y estimaciones que requieren una validación rigurosa mediante mediciones de campo.
Para avanzar hacia un consenso científico sobre el papel de la cría de bivalvos en el secuestro de carbono, se deben tomar varias medidas fundamentales:
- Estudios reforzados basados en mediciones: Realizar una investigación de campo exhaustiva para medir con precisión los flujos de CO2 en los ecosistemas de mariscos.
- Integración de modelos y observaciones: Combinar modelos de balance de carbono con datos del mundo real para refinar nuestra comprensión.
- Colaboración interdisciplinaria: Fomentar la cooperación entre científicos de diversos campos para abordar las complejidades de la cuestión.
Conclusión
Si bien la cría de bivalvos ofrece numerosos beneficios ambientales y es una piedra angular de la acuicultura sostenible, su contribución a la captura de carbono sigue sin demostrarse. La evidencia científica es clara: la cría de bivalvos no es una solución viable para mitigar el cambio climático mediante el secuestro de carbono.
Los principales hallazgos clave del estudio son:
- Los bivalvos son fuentes de carbono, no sumideros: El proceso de construcción de conchas libera CO2 en el océano, contrarrestando la capacidad del océano para absorber el CO2 atmosférico.
- Conceptos erróneos sobre las fuentes de carbono: El carbono utilizado para construir conchas proviene principalmente de iones de bicarbonato en el agua de mar, no directamente del CO2 atmosférico.
- Evidencia limitada de secuestro de carbono: Los estudios que respaldan la idea de que el cultivo de moluscos captura carbono son escasos y a menudo se basan en modelos defectuosos.
- Importancia de la investigación de campo: Necesitamos más datos del mundo real para evaluar con precisión la huella de carbono del cultivo de mariscos.
- La gestión de las conchas es importante: La forma en que manejamos las conchas (valvas) después de la cosecha tiene un impacto significativo en las emisiones de CO2. Devolverlas al océano puede ayudar a compensar algunas emisiones.
- El cultivo de bivalvos ofrece otros beneficios: A pesar de no ser un sumidero de carbono, el cultivo de mariscos proporciona servicios ecosistémicos valiosos, como la filtración de agua y la creación de hábitat.
Es fundamental basar las políticas y las prácticas en información científica precisa. Si bien el cultivo de bivalvos es una parte importante de la acuicultura sostenible, es esencial reconocer sus limitaciones en términos de captura de carbono y centrarse en otras estrategias para combatir el cambio climático.
En esencia, si bien el cultivo de bivalvos es valioso por varias razones, no es una solución milagrosa para el cambio climático.
Contacto
Frédéric Gazeau
Sorbonne Université, CNRS, Laboratoire d’Océanographie de Villefranche
F-06230 Villefranche-sur-Mer, France.
Email: frederic.gazeau@imev-mer.fr
Referencia (acceso abierto)
Pernet, F., Dupont, S., Gattuso, P., Metian, M., & Gazeau, F. Cracking the myth: Bivalve farming is not a CO2 sink. Reviews in Aquaculture. https://doi.org/10.1111/raq.12954