Por: Dave Little*
Alimentar a las personas requiere de bastante energía. La producción, distribución y consumo de alimentos representa del 20 al 25% del consumo de energía en los países en desarrollo. La mayor inversión en producción se hace en la producción de productos ricos en proteína, como carne y pescado.
En la producción de carne de res, por ejemplo, la energía usada (por kilogramo de animal producido) varía de 38-48 Mj/kg comparado con la carne derivada de los cerdos de 16-18 mJ/kg.
La pesca en el mar requiere de menor energía que la producción de carne de res. A pesar de todo, la intensidad de energía en la pesca se ha incrementado seis veces en las dos últimas décadas a un promedio de 24 Mj/kg de pescado desembarcado. Este incremento en energía se intensifica debido a las grandes distancias de viaje para alcanzar los bancos pesqueros productivos y se requiere mayor esfuerzo para capturar la misma cantidad de pescado que en años previos.
De esta forma, ¿Puede un pez de agua dulce cultivado ofrecer una menor forma intensiva de energía de producción animal? Como argumenta John Forster en su blog, la acuicultura tiene un potencial de incrementar la eficiencia comparada a otras formas de producción animal. Esto proviene de la capacidad para que los nutrientes sean reciclados y volver los efluentes en recursos para dietas, reduciendo los costos de energía asociados con el crecimiento, creación y transporte de productos alimenticios.
La acuicultura, por consiguiente, puede producir una gran cantidad de producto animal por la misma cantidad de energía que otras formas de alimentos de fuente animal. También es importante señalar que, además de, proporcionar una buena fuente de proteínas, muchos tipos de alimentos de origen acuático aportan una amplio rango de nutrientes a la dieta, incluido los ácidos grasos omega-3, que no se encuentran en alimentos derivados de otros los animales.
Ganancia neta
A pesar de la larga historia de la piscicultura, muchos sistemas de acuicultura recién están emergiendo. Alcanzar la eficiencia óptima de la producción animal depende de como la industria se desarrolla. Las actuales estimaciones de uso de energía en sistemas de alimentos muestran que los productos acuícolas, por ejemplo el pangasius (17-20 Mj/kg) y tilapia (18-27 Mj/kg), pueden enfocarse en la eficiencia de energía, por kilogramo de animal producido, como los pollos (12 Mj/kj), una de las formas más baratas de proteína animal.
Sin embargo, el rápido crecimiento de la industria nos indica que debe tomarse acción para asegurar que esta permanezca sustentable y la energía necesaria para producir es baja. Si esto se alcanza, la acuicultura podría proveer una de las formas más sustentable de producción de proteína animal. Muchos de los sistemas de acuicultura ya representan ejemplos de estos, como el salmón y la tilapia.
La estimación del promedio de energía necesario para la producción de peces en la acuicultura es difícil debido al rango de prácticas de cultivo, condiciones geográficas y climáticas bajo las cuales son cultivadas. Sin embargo, cuando se producen crustáceos y peces como la tilapia, la mayor parte de energía es usado para producir alimento. El procesamiento representa sólo el 10% de energía para mucho de los productos de alimentos de origen acuático provenientes de cultivo, mientras que el consume típicamente contribuye con cerca de 20-30% del total de energía requerida. Debido a que la industria continua creciendo, los métodos de producción de especies emergentes serán estandarizados.
Incremento en la escala
Como intensificar estos sistemas es la clave. Usando la dietas basadas en vegetales, se puede reducir la energía necesaria en los ingredientes de las dietas para peces herbívoros, como la tilapia o para suplementar la harina de pescado como ocurre en el salmón. Sin embargo, siempre se requerirá la harina de pescado y los monocultivos industriales especializados pueden volver productores netos de harina de pescado (mediante la utilización de los subproductos) reduciendo la presión sobre la pesca. Reducir la necesidad de energía, por ejemplo en la producción de dietas, hace del sistema más sustentable, y menos vulnerable a las fluctuaciones en los precios de la energía local y global.
El rápido crecimiento económico en las economías emergentes esta liderando el incremento en la demanda por proteína animal, impulsando los precios de las dietas al alza. Satisfacer esta demanda podría favorecer energeticamente a los sistemas más baratos en la acuicultura, focalizandose en el cultivo de especies omnívoras o de bajo nivel trófico. Los peces y mariscos filtradores que principalmente dependen del plancton o dependen de una baja inclusión de materiales derivados de los peces o ganado son enfoques aprobados para reducir los impactos ambientales e incrementar la seguridad del alimento. Aprender las innovaciones de los mismos productores y combinar este conocimiento con el de los científicos y empresarios, probablemente produzca ganancias más altas.
Si la acuicultura será parte de la solución y proveerá productos alimenticios adecuados y accesibles, requiere que se desarrolle en una forma sustentable, lo cual permitirá reducir los riesgos a través del uso de los policultivos y considerar el reuso de los subproductos de la producción y procesamiento localmente. Los emprendimientos acuícolas como puntos de reciclaje están emergiendo como una gran oportunidad en muchos contextos diversos. Estos pueden variar desde el reuso local del agua de cultivo como una fuente de riego para la horticultura hasta la manufactura de cueros de la piel de los peces, o productos como la gelatina y quitosano de los efluentes en procesamiento.
Considerando a la acuicultura desde una perspectiva de una cadena de valor es crítico evaluar la eficiencia de energía y su impacto global en la sociedad. Construir una mayor sustentabilidad en la acuicultura necesita considerar el nivel trófico de las especies, pero crecientemente requerirá de innovación en la nutrición y en la gestión. Estos factores son frecuentemente superados en favor de estrategias de mejoramiento genético y gestión de la salud, los cuales son menos desarrollados cuando se les compara con el ganado terrestre. Los empresarios y los actores políticos necesitan tener una amplia visión para asegurar la seguridad alimentaria de los productos acuáticos que transciendan los sistemas de producción e implementen amplia medidas de eficiencia y productividad.
En el proyecto Sustaining Ethical Aquaculture Trade (SEAT), estamos trabajando para asegurar que la acuicultura continúe su camino para ser una industria ética y sustentable que ayude a alimentar al mundo.
* David Little
Sustainable Aquaculture Group
Institute of Aquaculture, University of Stirling.
Fuente: Food Security
Traducción: Aquahoy