Por Joel Cosío
La Paz, México (Agencia Informativa Conacyt).- Un grupo de investigadores de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS) identificó bacterias con potencial probiótico en bagres marinos, con probable aplicación en el desarrollo de biotecnologías para el cultivo acuícola del animal.
La doctora Maurilia Rojas Contreras, responsable del Laboratorio en Ciencia y Tecnología de Alimentos de la UABCS, explicó que el objetivo fue cuantificar, aislar y caracterizar la microbiota presente en los bagres marinos de la bahía de La Paz.
Las bacterias identificadas en el estudio se podrán utilizar en investigaciones enfocadas en el manejo de reproductores, cultivo larvario, crianza de juveniles y engorda de bagres.
“Analizamos el potencial probiótico de bacterias del tracto intestinal de estos peces, cuantificando la microbiota del intestino de los bagres de la bahía de La Paz; se aislaron bacterias predominantes, preferentemente bacterias ácido lácticas, que generalmente no son patógenas y que muchas de ellas se encuentran en los alimentos”, mencionó Rojas Contreras.
El estudio forma parte de un proyecto de investigación a mayor escala que busca la cooperación científica y académica para atender el tema de los recursos acuícolas y pesqueros en México, elaborado por la Red Interinstitucional para la Evaluación Manejo y Aprovechamiento de los Recursos Acuáticos, con financiamiento del Programa para el Desarrollo Científico y Tecnológico (Prodecyt) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
“De estas bacterias analizamos la capacidad para adherirse a las mucosas intestinales del bagre marino, esto para seleccionar bacterias que tengan la capacidad de colonizar estos organismos, porque es un prerrequisito para seleccionar bacterias con potencial probiótico para la acuacultura de estos bagres; finalmente, esas bacterias seleccionadas se identificaron molecularmente para conocer su género y especie”.
En el estudio, realizaron un análisis microbiológico del tracto gastrointestinal de 10 bagres de la bahía de La Paz, en el que identificaron bacterias mesófilas aerobias, coliformes, Vibrio, ácido lácticas, hongos y levaduras. De estas bacterias, predominaron en su mayoría ácido lácticas.
El proceso consistió en extraer moco del intestino del bagre y marcarlo enzimáticamente; después, elaboraron un ensayo de adhesión de las bacterias al moco marcado por el método Dot-Blot, una técnica para detectar biomoléculas, y seleccionaron las que identificaron con mayor adhesión.
“Se aisló un total de 124 bacterias con morfologías celulares diferentes. Se hizo un ensayo de adhesión a mucosas intestinales y se observó que un porcentaje de 44 por ciento de estas se adhiere a las mucosas intestinales; un total de 66 bacterias tuvo potencial de colonizar el bagre. De este 44 por ciento, se seleccionaron 14 bacterias a las que se les extrajo ADN, se les llegaron a amplificar genes ribosomales, que se enviaron a secuenciar a una empresa en Corea del Sur”, detalló Rojas Contreras.
Datos del estudio informan que el análisis microbiológico mostró que la cuenta viable determinada por el log UFC/g de mesófilos aerobios fue de 7.2 a 10.6, mientras que de bacterias ácido lácticas estuvo en el rango de 4.2 a 7.0, el género Vibrio de 6.2 a 8.5, hongos y levaduras de 2.9 a 6.4, los coliformes estuvieron de 2.2 a 8.8.
Las bacterias ácido lácticas aisladas que se adhirieron al moco del tracto digestivo de bagre fueron 44 por ciento, de las que nueve fueron identificadas molecularmente, encontrando que los géneros de bacterias predominantes en los bagres estudiados son Enterobacter y Enterococcus.
“De estas secuencias, se hizo el análisis bioinformático comparando las secuencias con bases de datos públicas que están en Internet y se encontró el género y especie de estas bacterias; Enterococcus y Enterobacter fueron los géneros predominantes. Algunas de estas secuencias no se pudieron identificar porque no están en las bases de datos públicas, lo que sugiere que son microorganismos nuevos que no están documentados todavía”, mencionó Rojas Contreras.
De estos géneros, se ha reportado una serie de especies de bacterias que tienen funciones probióticas; sin embargo, es necesario llevar a cabo estudios más profundos antes de aplicarse en la acuacultura de peces, ya que no son consideradas como seguras.
Bagres marinos o pez gato
Los bagres marinos son uno de los grupos de peces más abundantes en los ecosistemas costeros, en particular bentónicos, del Pacífico mexicano. En esta región se reconoce la existencia de trece especies, como el bagre cuatete (Ariopsis guatemalensis), bagre tete (Ariopsis seemanni) y bagre chihuil (Bagre panamensis), entre otros.
Estas especies ecológicamente representan uno de los grupos más importantes en la estructura, organización y funcionamiento de estos ecosistemas, debido a su diversidad, densidad y biomasa. Además, constituye una pesquería importante para los pescadores artesanales o ribereños, quienes los capturan utilizando redes de enmalle, redes de arrastre, anzuelos y palangres.
Los bagres abundan en áreas de manglares, bahías y grandes estuarios de río de aguas turbias, algunas especies se encuentran en aguas dulces de ríos y lagos, aunque habitan en todos los mares tropicales y subtropicales.
“En este proyecto de investigación se tuvo el objetivo general de aislar y caracterizar bacterias con potencial probiótico para bagres marinos, muy comunes en la región de Nayarit, Sinaloa y Baja California Sur, en el golfo de California y en particular en el golfo de México, es en donde más se concentran. Aunque son abundantes no se conoce su densidad poblacional; sin embargo, se pesca junto con otras especies de primera calidad”, especificó Rojas Contreras.
Estos peces actualmente no se cultivan con tecnologías acuícolas y se desconoce de estimaciones de densidad poblacional en el golfo de California y mientras no se tengan censos de población, advierten los investigadores, existe el riesgo de poner en peligro de extinción estas especies.
“Lo único que se sabe es que se está extrayendo de manera abundante, aunque indirectamente, porque su filete no es de primera calidad; no obstante, se extrae junto con otras pesquerías, como el camarón. En el estado desconocemos qué tanto se consume, porque en las pescaderías lo venden como filete blanco y no como bagre marino, pero en Nayarit y Sinaloa sí se consume como tal. La preocupación es que mientras no se tengan censos de la población de bagres marinos, corremos el riesgo de acabar con la especie, entonces a la par que nos preparamos para realizar censos de población, estamos buscando prepararnos para el cultivo de bagres en varias etapas: larvas, juveniles y engorda de peces”, mencionó Rojas Contreras.
Los resultados de la presente investigación podrán sentar bases para desarrollar potenciales bacterias probióticas para proteger estos organismos en las primeras etapas del cultivo y mejorar su supervivencia larvaria.