En el Perú, tanto la pesca como la acuicultura son reconocidas por su diversidad, alta productividad y contribución a la seguridad alimentaria de las poblaciones más vulnerables. Anualmente, la Amazonía alcanza un promedio de 80 mil toneladas de pesca dirigida al consumo y al comercio local. Entre Loreto y Ucayali, la pesca amazónica es fuente de empleo de al menos 16,225 personas.
No obstante, la pesca es una de las diez actividades más vulnerables al cambio climático en el mundo. La sobreexplotación de peces, la degradación de hábitats y la contaminación de los ríos son algunos de los desafíos que enfrenta.
Frente a este desafío, es clave fortalecer la protección y la capacidad de adaptación frente a futuros cambios e impactos de esta actividad. Por ello, 6 gobiernos regionales han asumido el rol de implementar las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) en sus estrategias de producción, por ejemplo, se han definido acciones concretas como el fortalecimiento de las Direcciones de Producción de la Amazonia para definir las estrategias de adaptación para el 2020 y 2021. Esto permitirá modernizar la gestión de los recursos pesqueros para su sostenibilidad y resiliencia a partir de un enfoque sistémico y participativo.
“Para lograr la salud de los ecosistemas, se necesita garantizar un trabajo articulado entre las autoridades de la Amazonía. El desafío de adaptación al cambio climático depende del compromiso de los protagonistas del río, pescadores, comunidades y autoridades”, sostuvo Mariela Cánepa, Directora de Políticas de WWF Perú.
Todos estos compromisos fueron discutidos durante la última semana de noviembre en un encuentro macrorregional organizado por la Dirección Regional de la Producción (DIREPRO) de Ucayali, el Ministerio de la Producción (PRODUCE) y WWF.
Fuente: WWF Perú