El consumo mundial de alimentos de origen acuático se ha venido incrementando dramáticamente durante la última década, debido al crecimiento de la población y los cambios en los hábitos alimentarios. La UE es el mayor importador regional, con muchas de sus importaciones proviniendo de Asia.
El proyecto “Sustainable Trade in Ethical Aquaculture” (SEAT), financiado por la UE está investigando las cadenas alimentarias acuáticas de Asia, y evaluando su sustentabilidad. El equipo de investigación internacional cubren las cuatro principales especies que se encuentran en las tiendas y restaurantes europeos: tilapia, pangasius, camarón de mar y camarón de agua dulce.
El proyecto reúne a investigadores europeos y asiáticos, además de pequeños empresarios en Bangladesh, China, Tailandia y Vietnam.
El equipo empezó con el desarrollo de un panorama detallado de la cadena de valor de cada producto a través de entrevistas y focus group en los cuatro países. Esto ayudará a establecer la historia de la producción y procesamiento de cada sitio estudiado, junto con la visión local sobre los límites para incrementar la producción. El trabajo también permite al equipo el identificar grupos importantes de involucrados.
El próximo ciclo fue evaluar el ciclo de vida de todos los procesos envueltos en los productos acuático para los consumidores, desde la producción de la dieta (incluye soja de Brasil y maíz de EEUU) a la disposición de los desechos del alimento por parte de los consumidores. El análisis de ciclo de vida ayuda a detectar las partes de la cadena que son problemáticos.
El análisis viene siendo trasladado a datos estadísticos para demostrar claramente porque algunos procesos son más sustentables que otros. La evaluación SEAT es el primero en su clase en términos de cobertura y detalles.
Los datos también han permitido desarrollar modelos capaces de predecir el riesgo de otras actividades, como la agricultura, para la actividad acuícola, además de cualquier cambio ambiental resultante de las prácticas acuícolas.
En el sudeste de Asia, la mayoría de las piscigranjas utilizan estanques. Debido a que los cultivos se han intensificado y la poblaciones locales dependen de los mismos cuerpos de agua, los desechos de la acuicultura constituyen un riesgo para la salud y el ambiente de las comunidades cercanas y áreas de terreno.
Los modelos son adaptados a cada especie y cada país. Mediante el ingreso de datos sobre practicas de producción y estrategias de gestión del agua en cada granja, los científicos serán capaces de estimar los niveles de nutrientes y el potencial para la eutrofización, y el riesgo de contaminación química en los sistemas de agua.
El proyecto SEAT también ha desarrollado un sistema que ayuda a los piscicultores locales a predecir los impactos ambientales potenciales antes de que ellos ocurra, mediante la combinación de modelos de “contaminación” de gran escala con modelos que predicen interacciones dentro de granjas individuales.
El equipo también investigó los efectos sociales y éticos de la producción acuícola en Bangladesh, China, Tailandia y Vientam. Ellos encontraron que las historias de condiciones muy pobres en las granjas y en las plantas de procesamiento no necesariamente son verdad, y enfatizan los altos niveles de empleo creados por la industria acuícola.
El proyecto SEAT debe finalizar en noviembre de 2013. La investigación podría ayudar a asegurar que la producción acuícola en Asia es sustentable. Esta podría conducir a fuertes relaciones científicas, comerciales, industriales y políticas entre Europa y Asia.
Para mayor información visite: http://seatglobal.eu/