Suecia.- Un equipo de investigadores revisaron los impactos de las actividades humanas en los océanos, y proponen como los académicos, los formuladores de políticas y los practicantes pueden reconciliar la diversidad de intereses en el aprovechamiento de los océanos, acomodar estos dentro de los límites de la biosfera.
Los océanos han sido una fuente de alimentos y medio de transporte y comercio esencial para el desarrollo de la civilización. Aunque la actividad humana en los mares estuvo inicialmente limitadas a las áreas costeras, los avances tecnológicos en las últimas décadas han permitido el acceso a las partes más remotas de los océanos.
El interés comercial en los océanos se ha incrementado conforme los recursos en los continentes están totalmente explotados o agotados, debido al continuo crecimiento de la población y el incremento del consumo per capita en muchas partes del mundo. Como resultado, costosos emprendimientos como la minería comercial en el fondo marino son considerados como factibles. Además, la búsqueda por nuevos compuestos bioactivos para responder a la resistencia antimicrobiana está incrementando su interés en microorganismos de aguas profundas.
El subsecuente reconocimiento de los océanos como una nueva frontera económica ha conducido a inversiones considerables que están impulsando el crecimiento de las industrias existentes y el surgimiento de nuevas. En paralelo, los científicos y las organizaciones de la sociedad civil han llamado a la exploración antes que la explotación, y ven a los océanos como la clave para alcanzar los objetivos del clima y de la sociedad.
Debido a que la capacidad para industrializar los océanos, los ecosistemas marinos enfrentan presiones acumulativas sin precedentes de las actividades humanas y el cambio climático. La acidificación del océano, el calentamiento marino, la contaminación por plástico y la conectividad ecológica son fronteras políticas trascendentales, volviendo a la gobernanza sostenible de los recursos marinos como una responsabilidad internacional única.
Los investigadores de la Stockholm Resilience Centre de la Stockholm University y de la Global Economic Dynamics and the Biosphere Academy Programme de la Royal Swedish Academy of Sciences sintetizaron y evaluaron las trayectorias de múltiples actividades en los océanos con relevancia para la sostenibilidad de los ecosistemas, el bienestar humano y el crecimiento económico. “Nosotros revisamos sus impactos y usamos descripciones de casos para ilustrar la diversidad de las reclamaciones oceánicas, sus interacciones complejas y los riesgos asociados.
Océano de alimentos
La capacidad de mantener un océano saludable para el bienestar y la prosperidad de las generaciones actuales y futuras depende de comprender el nuevo contexto oceánico global y desenvolver la diversidad de intereses existentes. Tradicionalmente, los científicos y los formuladores de políticas han analizado los impactos o las industrias de forma individual, pero el enfoque en los intereses hace posible contabilizar una gama más amplia de usos, expectativas y valores sociales apegados al ambiente marino.
Los mares han sido una importante fuente de alimentos para las comunidades costeras a través de la provisión de pescado, mariscos, mamíferos, reptiles marinos, aves marinas y macroalgas por milenios. Durante la mitad del siglo pasado, sin embargo, el incremento de la demanda y el progreso tecnológico ha permitido la rápida industrialización de los sectores de la pesca y la acuicultura.
Desde los años 60, los pescados y mariscos son la industria de más rápido crecimiento en el mundo, y el pescado se ha convertido en uno de los alimentos más comercializados. El sector de los pescados y mariscos es el más grande empleador entre las industrias basadas en el océano, proveyendo millones de empleos y una fuente vital de proteínas y micronutrientes para miles de millones de personas.
Los volúmenes de la pesca de captura silvestre alcanzaron un pico alrededor de los año 90 y han permanecido estancadas desde entonces, a pesar de que los peces son capturados a grandes profundidades y mayores distancias. El potencial de incremento de las capturas silvestres dependen de una mejora en la gestión de las poblaciones y la explotación de recursos no aprovechamos como los peces que ocupan los niveles más bajos de las cadenas tróficas.
Por otro lado, el número de organismos acuáticos domesticados para la acuicultura y sus volúmenes de producción se han incrementado en las últimas décadas. Se espera que la acuicultura marina se expanda en la costas y en áreas de mar abierto, debido a que las limitaciones en el suministro de alimentos, y con el desarrollo de capacidades regionales socio-económico y tecnológicos.
El océano también contribuye indirectamente a la nutrición humana mediante productos pesqueros, como la harina y aceite de pescado, que son usados como ingredientes clave en la alimentación animal para la acuacultura y la ganadería.
La aceleración azul
La multitud de intereses que colectivamente ilustran la aceleración azul, exhiben una tasa fenomenal de cambio durante los últimos 50 años, con una aguda aceleración en el siglo 21. Con los intereses extendiéndose entre los recursos renovables y no-renovables, y que implica actividades móviles y estacionarias, la aceleración azul está intensificando la presión sobre el océano.
Nuevas fronteras de exploración
“La naturaleza oportunista de los emprendimientos humanos continuamente ha empujado las fronteras de exploración, respondiendo a la demanda y superando los cambios regulatorios, frecuentemente a expensas de las comunidades locales y el ambiente” concluyen los investigadores.
Ellos destacan que desde la línea costera a las profundidades marinas, la aceleración azul ya tiene importantes consecuencias sociales y ecológicas. Salvaguardar la sustentabilidad del océano en tiempos de cambio rápido requerirá de esfuerzos transdisciplinarios para guiar las actividades e incentivos de los gobiernos, corporaciones y la sociedad civil hacia la administración del océano. {mprestriction ids=»*»}
Referencia (abierto):
Jean-Baptiste Jouffray, Robert Blasiak, Albert V. Norström, Henrik Österblom, Magnus Nyström. 2020. The Blue Acceleration: The Trajectory of Human Expansion into the Ocean. One Hearth, VOLUME 2, ISSUE 1, P43-54, JANUARY 24, 2020 DOI:https://doi.org/10.1016/j.oneear.2019.12.016
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