
A medida que los impactos del cambio climático se intensifican, desde olas de calor marinas hasta tormentas extremas, el sector acuícola se encuentra en una carrera urgente por adaptarse. La industria debe implementar estrategias para reducir riesgos y aumentar la resiliencia. Sin embargo, un nuevo estudio publicado en Reviews in Aquaculture advierte sobre un peligro significativo: la maladaptación.
La maladaptación es un concepto crítico: se refiere a una acción introducida con la intención de minimizar un efecto negativo del clima, pero que, irónicamente, termina empeorando la situación, aumentando la vulnerabilidad o generando otros impactos indeseables.
El estudio, liderado por la investigadora Lynne Falconer del Instituto de Acuicultura de la Universidad de Stirling, explica que la maladaptación puede surgir de forma no intencional y en cualquier etapa de la cadena de producción, amenazando la sostenibilidad futura del sector.
Conclusiones clave
- La maladaptación ocurre cuando una acción destinada a reducir el riesgo climático termina empeorando la situación, aumentando la vulnerabilidad o creando nuevos problemas.
- El estudio identifica seis resultados clave de maladaptación específicos para la acuicultura: aumento de emisiones de GEI, impacto negativo en las especies cultivadas, impacto ecológico negativo, impacto social negativo, impacto económico negativo y reducción de la capacidad adaptativa.
- La maladaptación no es un fallo obvio; existe en un continuo donde los límites entre una adaptación exitosa y una fallida son difusos y pueden cambiar con el tiempo.
- Ejemplos claros incluyen el alto consumo energético de los sistemas RAS (si usan combustibles fósiles) o la introducción de especies no nativas que propagan enfermedades.
- Para evitarla, se requieren estrategias de monitoreo, evaluación de compensaciones (trade-offs) y un enfoque en el contexto específico de cada operación, en lugar de soluciones generalizadas.
¿Qué es la maladaptación en la acuicultura?
La adaptación al cambio climático (el proceso de ajuste a los cambios climáticos actuales o esperados) no es una simple cuestión de «éxito» o «fracaso». El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) la describe como un continuo. En un extremo está la adaptación exitosa; en el otro, la maladaptación.
Una decisión de adaptación casi nunca es perfecta y requiere compensaciones (trade-offs). Una acción puede ser positiva para las emisiones de carbono, pero tener consecuencias económicas negativas; otra puede proteger a la especie cultivada, pero dañar el medio ambiente local. El desafío es que la mayoría de estas decisiones se toman con información incompleta sobre la variabilidad climática futura, y los efectos negativos pueden tardar tiempo en aparecer.
Para ayudar al sector a identificar estos riesgos, el estudio define seis resultados clave de maladaptación en la acuicultura.
Los seis resultados de la maladaptación en la acuicultura
El estudio detalla cómo las estrategias de adaptación pueden fallar, agrupando los riesgos en seis categorías principales.
Aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI)
Una adaptación es maladaptativa si, para resolver un problema local, contribuye a agravar el problema global del cambio climático.
Un ejemplo claro es la transición de jaulas en red convencionales a Sistemas de Recirculación en Acuicultura (RAS) en tierra. Si bien los RAS pueden proteger a los peces de las condiciones marinas adversas, su consumo de energía es mucho mayor. Un análisis de PwC estima que el RAS consume aproximadamente 13.6 kWh/kg de salmón producido, frente a solo 0.15-1.2 kWh/kg en las jaulas convencionales. Si esa energía proviene de combustibles fósiles, la adaptación simplemente ha trasladado el problema, aumentando la huella de carbono del sector.
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Impacto negativo en las especies cultivadas
Las acciones diseñadas para aliviar un desafío climático pueden, inadvertidamente, crear otros problemas para la salud, el bienestar o la calidad del producto de la especie cultivada.
Por ejemplo, el aumento de la temperatura del mar en Noruega está relacionado con un incremento en las infecciones por piojo de mar. Como adaptación, se incrementa el uso de tratamientos. Sin embargo, el uso intensivo de estos tratamientos también está relacionado con episodios de mortalidad y bajo bienestar en el salmón. De igual modo, las nuevas formulaciones de piensos que buscan reducir la dependencia de ingredientes marinos (afectados por el clima) pueden traer desafíos de salud si no cumplen con los requisitos nutricionales óptimos o introducen toxinas.
Impacto ecológico o ambiental negativo
Este tipo de maladaptación ocurre cuando una acción de adaptación amenaza la integridad del medio ambiente circundante, reduce la biodiversidad o aumenta la contaminación.
Un ejemplo clásico es la introducción de especies no nativas como estrategia de adaptación. Si un productor decide cultivar una nueva especie que tolera mejor las temperaturas cálidas, corre el riesgo de escapes. Estas especies pueden interactuar con las poblaciones salvajes, convertirse en invasoras y desplazar a las especies nativas. Históricamente, el movimiento de bivalvos infectados (como las ostras del Pacífico desde Asia) ha sido implicado en la introducción de patógenos, como el ostreid herpesvirus, en nuevas regiones como Europa.
La acuicultura no existe en el vacío. Una adaptación puede ser técnicamente exitosa pero tener consecuencias adversas para los trabajadores, las comunidades locales o la seguridad alimentaria global.
El estudio cita un ejemplo de Bangladesh, donde los agricultores, en respuesta al aumento del nivel del mar y la intrusión salina, convirtieron sus tierras de cultivo en estanques de camarón. Aunque esto generó empleo inicialmente (una adaptación), a largo plazo provocó la salinización del agua potable, acarreando graves problemas de salud para la comunidad local. Otro riesgo es que las innovaciones tecnológicas (como el cultivo de camarón en RAS en Europa) desplacen a los productores tradicionales en países más vulnerables al clima, exacerbando la desigualdad.
Impacto económico negativo
Una estrategia de adaptación que resulte ser prohibitivamente costosa, que no sea viable para los pequeños productores o que genere un producto que los consumidores no están dispuestos a pagar, es una forma de maladaptación económica.
Las innovaciones tecnológicas a gran escala, como los sistemas RAS o la acuicultura offshore, requieren altos costos de inversión inicial. Si bien pueden reducir la exposición a ciertos estresores climáticos, también enfrentan desafíos (como la calidad del agua o el bienestar de los peces) que pueden afectar la rentabilidad. Si la única forma de recuperar esta inversión es a través de un «precio premium» (más alto), la estrategia fracasará si los consumidores no aceptan dicho aumento.
Reducción de la capacidad de adaptación futura
Quizás la forma más engañosa de maladaptación es adoptar estrategias que nos «encierran» en un camino específico, impidiendo la flexibilidad para futuras adaptaciones.
Esto se conoce como «dependencia de la trayectoria» (path dependency). Ocurre cuando se invierte tanto en una solución (ej. defensas costeras a gran escala) que se agotan los presupuestos para otras acciones. También se manifiesta como la «falacia del costo hundido»: cuando un productor es reacio a cambiar sus métodos de cultivo (costos ya incurridos) a pesar de que la evidencia muestra que es una estrategia subóptima frente al clima.
El estudio también diferencia entre «adaptación» y «afrontamiento» (coping). El afrontamiento es respuestas a corto plazo, como reparar la infraestructura de un estanque después de un ciclón. Esto permite que la producción continúe, pero el sistema sigue siendo vulnerable. Si estas reparaciones constantes impiden un cambio sistémico (como mover el estanque a una zona más segura), el afrontamiento se vuelve maladaptativo.
Cómo evitar la maladaptación en la acuicultura
El principal impulsor de la maladaptación es la mala planificación. El estudio concluye con siete recomendaciones clave para que el sector avance hacia una adaptación climática exitosa:
- Reconocer la necesidad de adaptación específica al contexto: Lo que funciona para una granja o especie puede ser maladaptativo para otra.
- Más investigación sobre combinaciones de estresores: Se necesita comprender cómo interactúan los múltiples factores climáticos y no climáticos.
- Probar acciones de adaptación en diferentes circunstancias: Es vital testear las soluciones a escala comercial y en diferentes contextos antes de su adopción generalizada.
- Evaluar las compensaciones (trade-offs) en la toma de decisiones: Desarrollar herramientas para sopesar las ventajas y desventajas de cada acción.
- Facilitar el intercambio de conocimientos: Crear plataformas para compartir experiencias entre empresas, regiones y sectores.
- Habilitar la acción colectiva: Muchas adaptaciones (como defensas costeras o cambios legislativos) requieren un esfuerzo conjunto.
- Desarrollar esquemas de monitoreo y evaluación: Es crucial rastrear el progreso de la adaptación para identificar fallos a tiempo y cambiar de estrategia si es necesario.
En última instancia, el estudio subraya que todos los actores del sector deben reconocer el potencial de la maladaptación. No se trata de encontrar una solución única y perfecta, sino de utilizar la adaptación como un mecanismo para impulsar una producción acuícola más sostenible y responsable en un futuro incierto.
Contacto
Lynne Falconer
Institute of Aquaculture, University of Stirling
Stirling, UK
Email: lynne.falconer1@stir.ac.uk
Referencia (acceso abierto)
Falconer, L., Rector, M., Yakubu, S. O., Filgueira, R., Iversen, A., Mikkelsen, E., Sprague, M., & Ytteborg, E. (2026). Maladaptation to Climate Change Poses a Threat to Future Aquaculture Production. Reviews in Aquaculture, 18(1), e70114. https://doi.org/10.1111/raq.70114
Editor de la revista digital AquaHoy. Biólogo Acuicultor titulado por la Universidad Nacional del Santa (UNS) y Máster en Gestión de la Ciencia y la Innovación por la Universidad Politécnica de Valencia, con diplomados en Innovación Empresarial y Gestión de la Innovación. Posee amplia experiencia en el sector acuícola y pesquero, habiendo liderado la Unidad de Innovación en Pesca del Programa Nacional de Innovación en Pesca y Acuicultura (PNIPA). Ha sido consultor senior en vigilancia tecnológica, formulador y asesor de proyectos de innovación, y docente en la UNS. Es miembro del Colegio de Biólogos del Perú y ha sido reconocido por la World Aquaculture Society (WAS) en 2016 por su aporte a la acuicultura.




