EEUU.- Científicos en la Escuela de Medicina Veterinaria de la Oregon State University (OSU) han desarrollado una nueva forma, barata y precisa, para detectar la toxina secretada por Vibrio tubiashii, una enfermedad bacteriana que hace pocos años causó millones de dólares en pérdidas a la industria acuícola de la ostra en el noreste del Pacífico.
El nuevo ensayo permitirá a los productores de ostras un sistema de alerta temprana para conocer cuando ellos tienen un problema con altos niveles de esta toxina y deben tomar medidas para enfrentarla. Los hallazgos fueron publicados en el Journal of Microbiological Methods.
V. tubiashii ha causado grandes problemas para los productores de ostras en los últimos años, especialmente en el 2007 cuando el mayor brote casi desapareció a la industria. Cuando la bacteria y la toxina que esta produce alcanza altos niveles inaceptables, ellas pueden matar la semilla de ostras.
“Necesitamos mejorar la sensibilidad de la prueba y cuantificar mejor los resultados, pero esta puede proveer información en cerca de 30 minutos, que usualmente toma tres o cuatro días” dijo Frances Biel, un investigador del Departamento de Ciencias Biomédicas de OSU. “Este tipo de detección rápida permitirá a los productores de ostras a conocer que tienen un problema para que tomen medidas”.
Las mortalidades de ostras que se presentaron a finales de los años 2000 parecen tener causas serias, indicaron los investigadores, incluido cambios en la acidificación del océano. Se tomaron algunas medidas para enfrentar la acidificación, pero las muertes continuaron ocurriendo. La vibriosis causado por esta bacteria fue determinada como el principal problema. El hatchery más grandes de la costa oeste estuvo a punto de cerrar como resultado de esta crisis.
“Poco se conocía sobre V. tubiashii y las toxinas que esta produce” dijo Claudia Hase, profesor asociado de medicina veterinaria de OSU. “Esta secreta un compuesto de zinc-metaloproteasa que es toxica para los mariscos, y que nuestro nuevo ensayo es capaz de detectar”.
Además de las ostras, estas bacteria y toxina también puede afectar a los camarones, almejas y otras especies marinas importantes para la acuicultura.
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