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DAPI: Automatiza la producción de semillas para el cultivo de la alga Chondracanthus chamissoi «Chicoria de mar»

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By Milthon Lujan

Chile – El primer programa de emprendimiento con la metodología “Company Building” de Chile, impulsado por hub APTA, comenzó su fase de entrenamiento para 12 proyectos seleccionados de la mano de destacados expertos.

Uno de los proyectos es DAPI, un dispositivo que permite automatizar el proceso de fabricación de las semillas para el cultivo de Chondracanthus chamissoi (Chicoria de mar), alga endémica chilena en estado de sobreexplotación y de alto interés comercial.

Con 12 proyectos seleccionados, culminó la primera convocatoria del Programa de Emprendimiento APTA Builder que busca promover y apoyar el desarrollo de empresas de base científico-tecnológica #MadeinChile. La iniciativa, que se basa en la metodología “Company Builder”, es convocada por el hub de transferencia tecnológica APTA, impulsado por Corfo, con el objetivo de apoyar la construcción de empresas desde su origen, a través de la inyección de capital, apoyo y acompañamiento de un grupo de expertos de primer nivel.

Entre ellos, está Pablo Zamora, PhD, científico y empresario, cofundador NotCo; Alex Seelenberger, socio de Aurus Capital; Pamela Chávez, PhD, científica y empresaria, fundadora Aguamarina y Domolif; Alberto Rodríguez, médico y fundador de Levita Magnetics; Nancy Pérez, gerente de Cartera de Proyectos de Codelco; Francisco Guzmán, socio de Carey y director ACVC; Jennyfer Salvo, periodista y experta en Innovación y Negocios Internacionales.

Dispositivo Acelerador Del Proceso de Inoculación de algas

Uno de los proyectos seleccionados en esta primera etapa fue DAPI (Dispositivo Acelerador Del Proceso de Inoculación) de la Universidad Adolfo Ibañez, que consiste en un paquete tecnológico que permite reducir costos y estabilizar la producción de la Chicoria de Mar, de manera continua y apta para el consumo humano. Este dispositivo en definitiva permite automatizar el proceso de fabricación de las semillas para el cultivo de Chondracanthus chamissoi, alga endémica chilena en estado de sobreexplotación y de alto interés comercial.

La idea nace con el fin de evidenciar las problemáticas ambientales, sociales y económicas que se han desarrollado en torno a los recursos marinos, causados principalmente por el alto consumo, la baja producción y alta extracción de los recursos desde sus praderas naturales lo que ha destruido grandes ecosistemas e impedido la regeneración cíclica de las especies.

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En este contexto, DAPI busca ser el puente para el cultivo de algas, reduciendo los costos operacionales y mejorando el rendimiento de las superficies para poder abastecer la demanda por la Chicoria de Mar. Busca crear un entorno de innovación en términos de eficiencia, materias primas y productos con valor agregado para su posterior comercialización.

En términos simples, la tecnología permite automatizar la inserción homogénea de fragmentos de alga al interior de un sustrato, proceso llamado inoculación. A cada metro de sustrato con alga en su interior se le llama semilla. Cada semilla se mantiene en estanques un par de semanas después del proceso de inoculación para crear los discos de fijación, y luego estas se instalan en un sistema de cultivo «long line» en las áreas de manejo y/o concesiones de acuicultura.

“Hoy nos encontramos en una etapa de testeo y validación del proceso productivo. Por una parte, estamos frente a la validación funcional del prototipo, la estacionalidad del modelo de negocios y la validación del dispositivo en términos del rendimiento por m3 que generan las semillas procesadas con la máquina”, comenta Ignacio Garafulich, líder del proyecto.

Actualmente en Chile el cultivo de algas es incipiente, y está concentrado principalmente en una especie: el agar-agar, pero para la Chicoria no se han visto grandes soluciones y las actualmente operativas consideran un gran número de procesos manuales, lo que genera altas ineficiencia en términos de costos operaciones y costos de oportunidad para los pescadores y/o empresas. En el mundo, principalmente en China, Japón y en algunos países de Europa el cultivo de algas ha prosperado gracias a la innovación y la posibilidad de generar mejorados procesos y rendimientos de los recursos gracias a la tecnología. Actualmente en Chile se ha consolidado un innovador proyecto de acuicultura multitrófica, ejecutado por la Universidad de Aysén, Salmones Blumar y SalmonChile. En EE. UU., Noruega y otros países. Esto se ha hecho durante varios años y es una excelente oportunidad para mitigar impactos ambientales y aprovechar la columna de agua en su totalidad.

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En términos de impacto local que representa DAPI, se perciben importantes factores tanto ambientales como sociales. Por un lado, está la diversificación de las matrices productivas de las áreas de manejo y concesiones de acuicultura, lo que principalmente entrega a los pescadores y a la empresa la oportunidad de integrar un mejorado o nuevo producto a su modelo de ingresos. Con una base productiva sostenible no solo habrá recursos para abastecer una demanda internacional insatisfecha, sino que también podrán disponer de recursos para desarrollar productos y soluciones innovadoras con los cuales se pueda generar y capturar mayor valor del mercado. “El objetivo es generar mayores beneficios para toda la cadena de valor, entregando mejores condiciones comerciales para los productores locales y compartiendo el valor capturado, pensar más allá del comercio justo. Tampoco debemos dejar de lado la mejora de las condiciones laborales y la posibilidad de generar empleos inclusivos en las zonas costeras del país”, comenta Garafulich.

“Estamos convencidos de que un buen proyecto puede transformarse en una gran empresa con la orientación correcta, en especial, si esta es de base científica-tecnológica. Por eso, el compromiso, colaboración y propósito de los ocho expertos de APTA Builder y del equipo APTA, es tan esencial en el camino que deberán recorrer esos proyectos en la constitución de sus negocios y la conformación de un equipo capaz de dirigir su tecnología hacia el desarrollo. Ellos aportarán con su visión estratégica y pondrán a disposición sus recursos y conocimientos internos, a fin de escalar estas innovaciones”, sostuvo Varinka Farren.

DAPI y los otros 11 proyectos seleccionados ya comenzaron el proceso de entrenamiento que considera la realización de un plan de trabajo con los asesores para definir la estructura de sus empresas de base científico-tecnológica, ejecución y monitoreo de la estrategia comercial a implementar, el desarrollo de una propuesta de valor, incorporación de indicadores de medición, crecimiento e inversión y herramientas para el levantamiento de capital, entre otros. De ellos, finalmente 5 serán los ganadores que además recibirán un aporte de $60 millones.

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Resultados Apta BUILDER

La convocatoria abierta se cerró el pasado 30 de julio, fecha en la que se registraron 113 postulaciones completas, 52 de ellas provenientes de la Región Metropolitana, 24 de la región del Bío Bío, 16 de Valparaíso y 21 de otras regiones del país.

La mayoría de las postulaciones recibidas pertenecen a investigaciones originadas por las universidades socias del hub (53%), 23% de otras entidades y 24% no posee vínculo con instituciones universitarias. Las cinco universidades con más postulaciones fueron la Universidad de Concepción, con 22 proyectos ingresados; la Universidad de Santiago de Chile, con 14; la Universidad Técnica Federico Santa María, con 8; la Universidad de Chile, con 7 y Universidad del Bío Bío, con 5.

De los proyectos presentados, 59 corresponden a iniciativas independientes y 54 a compañías ya conformadas, cuyas aplicaciones están orientadas al área industrias (27%), salud (26%), agropecuario (25%) y otros.

En cuanto a la participación femenina, el 80% de los proyectos cuenta con mujeres en el equipo desarrollador, mientras que el 27% son liderados por mujeres.

Con el objetivo de fortalecer sus equipos y entregar más apoyo a las iniciativas, APTA logró acuerdos con el fondo de inversión argentino Cygnus Capital, con el Centro Nacional de Pilotaje (CNP) y el Centro Integrado de Pilotaje de Tecnologías Mineras (Ciptemin). Estos dos últimos, entregarán un aporte de $60 millones de pesos adicionales a los $60 millones de pesos entregados por el programa APTA Builder, a cada proyecto finalista en el rubro de la minería.

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